hoy cuando desperté encontré la disconformidad
colgada tras la puerta,
tal como la deje aquella ultima ves,
la tomé y salí a caminar por rumbos conocidos
y me sentí ajena e inherte.
Inherte por q las emociones me saben a ayer, con sazón de
hoy.
Ajena por q no le pertenezco al mundo ni el quiere
pertenecerme,
ni hacemos las pases
ni nos entrevistamos.
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